9 abr 2009

Dejando el minimalismo

Los monólogos del pene, a su modo.

Daniel “Jericallo” Ramos

El otro día iba por la carretera y escuche un ¡Pi Pi! Era el despertador que me llamaba y me sacaba de mi sueño. Me di cuenta que era martes, la noche anterior me había desvelado viendo RAW y la fatiga del día anterior era mucha. Entre dormido y despierto, un estado de ánimo entregado por los mismos dioses griegos, recordé que la primera hora era con de la Cerda; por lo que decidí echarme otro sueñito.

Después de un rato, como pude me desperté y me vestí; llegando a la escuela 7:08. Entre lo mas sigilosamente que pude, recordando mi adiestramiento militar en Halo y Ghost Recon, todo ello con la finalidad de que el maestro no me viera (perdón, no me escuchara) y al pendejo de hasta adelante se le ocurrió decir — ¿Me deja pasar?— yo solo pensé %@/?#&)$. Como quiera pude entrar a clase, donde decidí echarme otro sueñito.

Al despertarme, recordé que seguía el virolo drogado de enfoques y me pregunte a mi mismo — Mi mismo— Mande mi mismo— ¿Acaso habrá un maestro que se pueda decir que es normal? ¿Habrá un maestro que parezca una persona decente? —. Por lo tanto me puse a cavilar sobre las diferentes costumbres y actos de los maestros dentro de sus clases.

Primero está el macho muy macho, del cual comencé hablando; el señor voz de hombre, que prefiere hablar así aunque asuste a los alumnos a hablar como mariquita. El guillotinazo. 3  3  3.

Por otro lado se encuentra su contraparte, el señor —Chavos hay que ser feministas— cuya orientación sexual es cuestionable. Considero extraño que sea un hombre el que venga a hablarnos de feminismo y eso que la ha mamado desde pequeño; sin contar con las chaquetas mentales.

Después está el coronel, un señor barbón que vende pollo y da filosofía. A manera de resumen, les diría que el tema es muy complejo; tan complejo que necesito meter una introducción como esta para poder tomar tiempo de organizar mis ideas y pensar.

Eso de pensar me hace pensar. Pensar en un maestro en cuya capacidad es tal, que tiene la facultad de poder brindarnos la habilidad de pensar y si, era sarcasmo. Un señor ñoño de un suéter azul de rallas, cuyo nivel friki es tal que lo hace ser un apasionado de la lectura — ¿Qué les echas Martina, que me chaben como a chevecha?—. Su capacidad es tal que no sé como lo tienen dando clases en una preparatoria, se lo deberían de llevar a la NASA y también es sarcasmo.

IVEDL es famoso por reciclar maestros, no es de extrañar que la maestra que en sus clases nos habla de reciclaje sea la más reciclada. Pareciera que incluso da clases en un kínder —Hoy vamos a hacer una maqueta y un mural, saquen la plastilina y las crayolas— Ósea, nadie le dijo que ya estamos en preparatoria.

Ese ósea me trae otro maestro a la mente. ¡Ech! ¡Ehi! ¡Ósea! ¡Ech! ¡Sácate el Walt Mart! y al final ajero.

Solo podre decir que una escuela es como un zoológico, no solo los maestros son la atracción, los alumnos también pues en ellos están los maestros del futuro; hay que recordar que los maestros no son amigos, pues a fin de cuenta para ellos no es más que trabajo. Los alumnos siempre estarán ahí como sus celadores, riéndose y burlándose de ellos; después de todo son la botana de la escuela.

 “La fuerza no fluye de nosotros, fluye a través de nosotros.”

1 comentario:

[ Lәх ] dijo...

hahaah

y yo que me había quedado con las ganas de ver tu monólogo xD