19 ene 2010

La tristeza

Empatía.

Daniel “Jericallo” Ramos

Ver personas llorando en un funeral me provoca una gran tristeza, pero no es empatía; es el miedo de que en mi funeral no se encuentre nadie que llore.

“La fuerza no fluye de nosotros, fluye a través de nosotros.”

3 ene 2010

Los horrores del futuro

Teoría del caos.

Daniel “Jericallo” Ramos

El ser humano actual mira sus avances tecnológicos con miedo del posible caos que puedan generar en un futuro. Me pregunto si las personas del pasado habrán tenido miedo de todas las tecnologías que poseen ahora cuando aun estaban en desarrollo.

“La fuerza no fluye de nosotros, fluye a través de nosotros.”

31 dic 2009

10 cosas que odio más que la navidad

Odio que me mires y no saber qué decir.

Odio que por más intentos que haga no pueda dejar de pensar en ti.

Odio no tener una excusa para hablarte o verte.

Odio sentir que cada minuto que pasa me aleja más de ti.


Odio tener que despedirme de ti.

Odio que el tiempo no se detenga al verte.

Odio la idea que el alguien me gane tu corazón.

Odio ser tan cobarde y no poder decirte: “te amo”.


Odio que no tengas algo que pueda odiar.

Pero lo que más odio es el miedo a que me odies.

20 jul 2009

Que caigan los robles.


Discurso de una pasión.
Daniel “Jericallo” Ramos.

Me pidieron que dijera unas palabras: cuaderno, regla, libro, pluma…  cuando se inicia un año escolar no sólo se emplean nuevos útiles, se inicia una nueva etapa de nuestra vida tomando todas las experiencias del pasado. No venía preparado, pero a ver que sale (saco todas las hojas del discurso). Comenzaré con dos frases. “Es mejor tener la boca cerrada y parecer idiota, que abrirla y despejar las dudas.” — Mark Twain. “Cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que el silencio.” — Proverbio hindú. Por lo que trataré de que lo dicho aquí valga la pena. Pero como dijo nuestro querido presidente Fox: “yo ya puedo decir lo que quiera, al cabo ya me voy.” El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir. Muchos habrán tenido algo que decir o habrán querido dar unas palabras sin tener algo importante para ello, para desgracia o fortuna suya me tocó a mí.
A las mujeres se les presenta en sociedad al cumplir los 15 años, tiempo que se empata con el inicio de la preparatoria, con ello se dice que ya son señoritas. Pues bien, cuando los hombres salimos de la preparatoria, se podría decir que es cuando se nos presenta en sociedad; por lo que todos los graduados aquí presentes ya somos todas unas señoritas.
Solo hay algo más valioso que el conocimiento y es el conocimiento aún no adquirido. Razón de ello son todas las escuelas, más aún el grado universitario al que nos dirigimos: los que vamos y los que entren. Gandhi decía: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado, un esfuerzo total es una victoria completa.” El problema del sistema de calificaciones es que no puede medir el grado de esfuerzo que cada persona realiza, solo ve un resultado obtenido, que en cierta forma puede ser subjetivo. Después de 85 todo es vanidad. No nos preocupemos por un número que puede no ser muestra del grado de habilidad obtenido. La responsabilidad es la actitud de una persona inteligente y el único riesgo real es riesgo de no pensar en grande.
Sobre mi escuela puedo decir que, a primera vista, parece una escuelucha gata y en cierta forma lo es, “más pero sin embargo”, llegué a ella por recomendación. No me puedo quejar, solo digamos que si fuera comida y me preguntaran si esta buena o mala, diría que cumple con el requisito de quitar el hambre. El problema no radica en sus maestros u otras autoridades, radica desgraciadamente en su autoridad superior que, en base a problemas surgidos en el último semestre, evidenció su poca o nula capacidad para resolver problemas, así como su mentalidad retrograda. Quiero pensar que fuera de ello todo lo demás es bueno, a fin de cuentas nosotros nos lo buscamos por herir los sentimientos de un cuico.
Daré paso a mis agradecimientos:
Quiero agradecer en primera instancia al profesor Rodolfo, por mostrarnos el valor de comprender antes de memorizar, aunque pareciera rayar en el sadismo el método empleado. Recuerdo muchas veces exasperó a la mayoría al decirles que algún trabajo era para el día siguiente para a fin de cuentas dejarnos casi una semana para él; desgraciadamente nos lo degradaron de su cargo de coordinador administrativo. Me gustaría poder agradecer al maestro Juan, pero ni con el dinero de todos aquí “acompletaríamos” para pagarle, en su lugar me echaré una chaqueta mental a su salud; su papel de coordinador académico lo orillaba a ayudarnos en casi todo, así como que con cualquier cosa fuéramos a saturar aún más su apretada agenda. Quiero agradecer al maestro Úrsula por enseñarme que ser un lame botas no va peleado con la egolatría.  Para ahorrar un poco tiempo mejor diré que quiero agradecer a todos los buenos maestros, a los malos sólo les mando una mentada de madre y una cachetada. Quiero agradecer a Michael Jackson por enseñarnos que el mundo puede odiarte sólo hasta el día de tu muerte, además de estar de moda. Quiero agradecer al brote de influenza AH1N1 por hacer de este último semestre más corto de lo que debería. Quiero agradecer a mí mismo, pero no a mí, sino a mí mismo; esa voz en el interior de todos que nos impulsa a superarnos y a ser mejores, aquella que te recuerda esa tarea fastidiosa de literatura que por obligación tienes que hacer. Aquella que te da consejos e ideas para esa maqueta exhaustiva de ecología. Como último y especial agradecimiento, aunque falten algunas palabras, quiero agradecer a MonEsVol por darme las fuerzas para terminar la preparatoria; que en diversos momentos pensé en claudicar.

Einstein decía: “Si tu intención es decir la verdad hazlo con sencillez, la elegancia déjasela al sastre. Por lo que intento ser lo más breve y simple posible; aunque cual elegancia con estas togas tan feas. Si ya los aburrí aguanten, falta poco. “Mamá siempre decía que la vida es como una caja de chocolates, nunca sabes que te va a tocar.” — Tomm Hans en Forets Gump. Yo digo: “La vida es como una película de Forest Gump, nunca sabes que eres un idiota con suerte hasta que comparas la vida con una caja de chocolates.” Pues bien más confío en el trabajo que en la suerte. Siempre que pienses en el final habrá más, siempre que quieras más tendrás el final. El pasado ya se fue y el futuro es incierto, lo único que tenemos es la nada actual. Porque a eso vamos: a la nada, a un nuevo lugar donde tenemos aún nada, donde tenemos que conseguir algo con nuestro esfuerzo y méritos propios. La primera impresión es la que cuenta, construyamos una buena primera impresión, que la causada en este lugar ya no sirve de nada. Lo hecho aquí, aquí se queda. Se acabó lo que se vendía, nos vemos en otra vida.
“La fuerza no fluye de nosotros, fluye a través de nosotros.”